Sabremos si nuestra actitud está en el carril apropiado cuando seamos como el modesto hombre de negocios cuya tienda de ropa estaba amenazada con desaparecer.
La tienda de una cadena nacional se había instalado allí y había adquirido todas las propiedades de su manzana. Este hombre muy particular se rehusó a vender. «Muy bien, entonces construiremos a su alrededor y lo sacaremos del negocio», le dijeron los competidores.
Llegó el día cuando el pequeño comerciante se encontró encerrado, con una nueva tienda por departamentos rodeando por ambos lados a su pequeño negocio. Los cartelones de los competidores anunciaban «¡Gran inauguración!»
El comerciante puso un cartel a todo lo ancho de su tienda que decía: «Entrada principal».
Los grandes líderes surgen cuando ocurren las crisis. En las vidas de las personas que triunfan vemos repetidamente terribles problemas que les fuerzan a levantarse por encima del promedio común.
No sólo encuentran las respuestas sino que descubren un tremendo poder dentro de sí mismas. Como el agua subterránea produce olas muy adentro en el océano, esta fuerza interior explota en una poderosa onda cuando las circunstancias parecen superarse. Entonces transpone el límite el deportista, el autor, el estadista, el científico o el hombre de negocios.
Siempre hay una salida frente a las crisis de la vida. La clave para encontrar la puerta de salida esta siempre en nuestra actitud. Cuál es la tuya hoy?
martes, 27 de julio de 2010
Jugando a ganar
No es posible ganar un juego pensando que vas a perderlo”.
Entiendo que la mayoría son personas adultas, todos alguna vez fuimos niños y hubo un tiempo en la mayor parte de nuestras vidas cuando no teníamos miedo, lo que queríamos era volar, nos pasamos nuestra niñez y nuestra juventud pensando que todo lo podíamos lograr. Jugábamos y competíamos para ganar. Ningún objetivo era inalcanzable, teníamos suficiente fuerza para conquistar al mundo. Estábamos en una fuerza grandiosa de pensar en algo y luego hacer que ocurra. Luego, a medida que pasaba el tiempo, ya no eramos tan niños y el mundo nos dice con más frecuencia que no podemos hacer lo que queremos, que los sueños son cosa de niños, que el ganar es para unos privilegiados, para aquellos que tienen suerte y tienen “con que”. Muchos se ríen y hasta dudan de nuestras metas y tratar de convencernos de que vayamos por el camino del montón.
Ellos dicen: “Estás loco. Es muy duro. Debes jugar a lo seguro. ¿Por qué vas a arriesgarte? ¿Y si pierdes?”. Actúan como si los sueños fueran para otros, pero no para gente como nosotros. Ellos hablan de su experiencia de seguridad, de su comodidad y en vez de alentarnos nos contaminan con lo negativo, el pesimismo, la derrota y tratan de inculcar sus propios miedos e inseguridades en nosotros. Los que antes no conocían la palabra “miedo”, ahora empiezan a entenderla y no solo la entienden sino que la incorporan en sus vidas. Con tanta gente que nos dice que no podemos hacer algo y tan pocos que nos dicen que si podemos, es difícil no dejar que el miedo invada nuestras vidas. Lamentablemente, así es como muchos de nosotros vamos por la vida. Vamos con miedo y con un pensamiento perdedor.
¿Cómo estoy yendo por la vida con un pensamiento ganador o perdedor?
¿Mi matrimonio? ¿Mi familia? ¿Mis finanzas? ¿Mi carrera? ¿Qué estoy viendo?
En el día de hoy pasa en nuestras vidas, estamos tan asustados de perder lo que tenemos que no vamos por lo que realmente queremos, nos quedamos paralizados a esperar que algo suceda. Jugamos a lo seguro y conservar tan fuerte al “status quo” que nunca experimentamos lo que podría ser. Creemos que los demás tienen razón y comenzamos a dudar de nuestros sueños y no vemos posibilidades de avanzar un paso hacia nuestros sueños. A esto es lo que yo llamo “jugar a perder”. Esto lo vemos en los deportes todo el tiempo cuando un equipo tiene la ventaja. Empiezan a pensar en cómo no perder en lugar de cómo ganar. Se aferran tan fuertes a su ventaja que empiezan a jugar seguro y con miedo. Se puede ver en su energía y su lenguaje corporal. Como resultado, el otro equipo tiene posibilidades, juega sin miedo y, finalmente, gana el impulso y gana.
¿Qué harías si no tuvieras miedo? Para vivir una vida extraordinaria debemos aprender a rechazar el miedo. Si viene de dentro de mi o de otra persona, debemos superar el miedo y adoptar un “juego para ganar”, y esto tiene que ver con mi forma de pensar. Jugar para ganar requiere de un compromiso consigo mismo de nunca darse por vencido y nunca permitir que sus metas y sueños mueran. Los que juegan para ganar saben que el éxito pertenece a aquellos que practican la disciplina y perseverancia, a aquellos que asumen responsabilidad por sus vidas. Los obstáculos y las luchas son parte de la vida y sólo sirven para hacernos apreciar nuestro éxito. Si todo fuera fácil, no sabríamos lo que se siente realmente tener éxito. Los obstáculos y las circunstancias están destinados a ser superados. No dejes que nada te detenga en la búsqueda y en el logro de tus sueños. El miedo está destinado para ser vencido, Dios no te creo a ti con miedo, el miedo es adquirido por lo cual tu puedes renunciar a el. En el juego de la vida hay que jugar para ganar, si estás leyendo es porque todavía tu juego no termina, no te rindas hasta que el juego haya terminado.
“Si quieres ganar lo que nunca has ganado necesitas jugar como nunca lo has intentado, da lo mejor de ti en el juego”
Entiendo que la mayoría son personas adultas, todos alguna vez fuimos niños y hubo un tiempo en la mayor parte de nuestras vidas cuando no teníamos miedo, lo que queríamos era volar, nos pasamos nuestra niñez y nuestra juventud pensando que todo lo podíamos lograr. Jugábamos y competíamos para ganar. Ningún objetivo era inalcanzable, teníamos suficiente fuerza para conquistar al mundo. Estábamos en una fuerza grandiosa de pensar en algo y luego hacer que ocurra. Luego, a medida que pasaba el tiempo, ya no eramos tan niños y el mundo nos dice con más frecuencia que no podemos hacer lo que queremos, que los sueños son cosa de niños, que el ganar es para unos privilegiados, para aquellos que tienen suerte y tienen “con que”. Muchos se ríen y hasta dudan de nuestras metas y tratar de convencernos de que vayamos por el camino del montón.
Ellos dicen: “Estás loco. Es muy duro. Debes jugar a lo seguro. ¿Por qué vas a arriesgarte? ¿Y si pierdes?”. Actúan como si los sueños fueran para otros, pero no para gente como nosotros. Ellos hablan de su experiencia de seguridad, de su comodidad y en vez de alentarnos nos contaminan con lo negativo, el pesimismo, la derrota y tratan de inculcar sus propios miedos e inseguridades en nosotros. Los que antes no conocían la palabra “miedo”, ahora empiezan a entenderla y no solo la entienden sino que la incorporan en sus vidas. Con tanta gente que nos dice que no podemos hacer algo y tan pocos que nos dicen que si podemos, es difícil no dejar que el miedo invada nuestras vidas. Lamentablemente, así es como muchos de nosotros vamos por la vida. Vamos con miedo y con un pensamiento perdedor.
¿Cómo estoy yendo por la vida con un pensamiento ganador o perdedor?
¿Mi matrimonio? ¿Mi familia? ¿Mis finanzas? ¿Mi carrera? ¿Qué estoy viendo?
En el día de hoy pasa en nuestras vidas, estamos tan asustados de perder lo que tenemos que no vamos por lo que realmente queremos, nos quedamos paralizados a esperar que algo suceda. Jugamos a lo seguro y conservar tan fuerte al “status quo” que nunca experimentamos lo que podría ser. Creemos que los demás tienen razón y comenzamos a dudar de nuestros sueños y no vemos posibilidades de avanzar un paso hacia nuestros sueños. A esto es lo que yo llamo “jugar a perder”. Esto lo vemos en los deportes todo el tiempo cuando un equipo tiene la ventaja. Empiezan a pensar en cómo no perder en lugar de cómo ganar. Se aferran tan fuertes a su ventaja que empiezan a jugar seguro y con miedo. Se puede ver en su energía y su lenguaje corporal. Como resultado, el otro equipo tiene posibilidades, juega sin miedo y, finalmente, gana el impulso y gana.
¿Qué harías si no tuvieras miedo? Para vivir una vida extraordinaria debemos aprender a rechazar el miedo. Si viene de dentro de mi o de otra persona, debemos superar el miedo y adoptar un “juego para ganar”, y esto tiene que ver con mi forma de pensar. Jugar para ganar requiere de un compromiso consigo mismo de nunca darse por vencido y nunca permitir que sus metas y sueños mueran. Los que juegan para ganar saben que el éxito pertenece a aquellos que practican la disciplina y perseverancia, a aquellos que asumen responsabilidad por sus vidas. Los obstáculos y las luchas son parte de la vida y sólo sirven para hacernos apreciar nuestro éxito. Si todo fuera fácil, no sabríamos lo que se siente realmente tener éxito. Los obstáculos y las circunstancias están destinados a ser superados. No dejes que nada te detenga en la búsqueda y en el logro de tus sueños. El miedo está destinado para ser vencido, Dios no te creo a ti con miedo, el miedo es adquirido por lo cual tu puedes renunciar a el. En el juego de la vida hay que jugar para ganar, si estás leyendo es porque todavía tu juego no termina, no te rindas hasta que el juego haya terminado.
“Si quieres ganar lo que nunca has ganado necesitas jugar como nunca lo has intentado, da lo mejor de ti en el juego”
Una Lagrima
Es eso que humedece los ojos del mundo. Y que el mundo se empeña en ocultar. Es eso que nos tragamos tantas veces por soberbia, por orgullo, por demostrar fortaleza y queda atorada en la garganta, apretada en el corazón, comprimiéndonos todo. Es tan profunda, que no sabemos con certeza de donde nace, ni si podrá morir alguna vez.
A veces una lágrima: cicatriza una herida, lava una pena y ablanda.
Una lágrima: es un recuerdo, una angustia, una desesperación, una interrogante. Una lágrima: puede ser a veces el comienzo del perdón, la primera luz de la rectificación que hace estrechar una mano.
Una lágrima: es a veces la gota mágica que hace cambiar por dentro cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lágrima ayuda. Cuando la derramamos en el corazón querido, o en la intimidad de la amistad, la lágrima une, estrecha, funde.
La lágrima transforma, enseña, disuelve los rencores, las espinas, las malas yerbas que van creciendo en la amistad e impidiendo acercarse, abrazarse, comprenderse. La lágrima descubre. El que ingnora tus motivos, no te conoce.
La lágrima es un don.
A veces una lágrima: cicatriza una herida, lava una pena y ablanda.
Una lágrima: es un recuerdo, una angustia, una desesperación, una interrogante. Una lágrima: puede ser a veces el comienzo del perdón, la primera luz de la rectificación que hace estrechar una mano.
Una lágrima: es a veces la gota mágica que hace cambiar por dentro cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lágrima ayuda. Cuando la derramamos en el corazón querido, o en la intimidad de la amistad, la lágrima une, estrecha, funde.
La lágrima transforma, enseña, disuelve los rencores, las espinas, las malas yerbas que van creciendo en la amistad e impidiendo acercarse, abrazarse, comprenderse. La lágrima descubre. El que ingnora tus motivos, no te conoce.
La lágrima es un don.
domingo, 11 de julio de 2010
El ruego de un adolescente
Cuando te pido que me escuches y comienzas a darme consejos, no has entendido lo que te pedí.
Cuando te pido que me escuches y comienzas a decirme por qué no debo sentirme de tal manera, pisoteas mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches y sientes que debes hacer algo para resolver mi problema, me has fallado, aunque te suene raro.
¡Escucha!
Lo único que te pedí fue que me escuches. y no hables o hagas algo, solo escúchame.
Yo sé valerme por mí mismo. No soy un inútil. Cuando haces algo por mí, que yo mismo puedo y debo hacer, contribuyes a mis sentimientos de temor e insuficiencia. Pero, cuando aceptas como un simple hecho lo que yo siento, sin importar cuán irracional parezca, entonces puedo cesar de intentar convencerte y dedicarme a comprender lo que hay detrás de tales sentimientos irracionales.
Y cuando esté claro, las respuestas son obvias.
Quizás esta es la razón por la que es tan eficaz la oración; porque Dios escucha en silencio.
Cuando te pido que me escuches y comienzas a decirme por qué no debo sentirme de tal manera, pisoteas mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches y sientes que debes hacer algo para resolver mi problema, me has fallado, aunque te suene raro.
¡Escucha!
Lo único que te pedí fue que me escuches. y no hables o hagas algo, solo escúchame.
Yo sé valerme por mí mismo. No soy un inútil. Cuando haces algo por mí, que yo mismo puedo y debo hacer, contribuyes a mis sentimientos de temor e insuficiencia. Pero, cuando aceptas como un simple hecho lo que yo siento, sin importar cuán irracional parezca, entonces puedo cesar de intentar convencerte y dedicarme a comprender lo que hay detrás de tales sentimientos irracionales.
Y cuando esté claro, las respuestas son obvias.
Quizás esta es la razón por la que es tan eficaz la oración; porque Dios escucha en silencio.
La ventana de la oportunidad
Son muy pocas las personas u organizaciones que desean cambiar cuando hay prosperidad y paz. A menudo es la necesidad la que precipita los cambios significativos.
Petronio, tenía una perspectiva muy diferente sobre los resultados del cambio. Él dijo: Nos entrenamos arduamente… pero cada vez que comenzábamos a formarnos en equipos, nos reorganizábamos. Más tarde en la vida aprendí que al enfrentarnos a situaciones novedosas, nuestra tendencia es hacia la reorganización. Qué maravilloso método es este para crear la ilusión de progreso, mientras lo que se produce es ineficiencia y desmoralización.
Martin Luther King, hijo, tenía una opinión un poco más espiritual respecto a la adversidad. La medida máxima de un hombre -dijo él- no es la posición que asume en momentos de comodidad y conveniencia, sino la posición que está dispuesto a asumir en tiempos de reto y controversia.
Y lo que verdaderamente importa no es lo que nos ocurre, sino lo que ocurre en nosotros.
Algunas veces, Dios calma la tempestad -otras, permite que la tempestad ruja y a quien calma es a su hijo.
La adversidad es a menudo la ventana de oportunidad para lograr el cambio. Leith Anderson
Petronio, tenía una perspectiva muy diferente sobre los resultados del cambio. Él dijo: Nos entrenamos arduamente… pero cada vez que comenzábamos a formarnos en equipos, nos reorganizábamos. Más tarde en la vida aprendí que al enfrentarnos a situaciones novedosas, nuestra tendencia es hacia la reorganización. Qué maravilloso método es este para crear la ilusión de progreso, mientras lo que se produce es ineficiencia y desmoralización.
Martin Luther King, hijo, tenía una opinión un poco más espiritual respecto a la adversidad. La medida máxima de un hombre -dijo él- no es la posición que asume en momentos de comodidad y conveniencia, sino la posición que está dispuesto a asumir en tiempos de reto y controversia.
Y lo que verdaderamente importa no es lo que nos ocurre, sino lo que ocurre en nosotros.
Algunas veces, Dios calma la tempestad -otras, permite que la tempestad ruja y a quien calma es a su hijo.
La adversidad es a menudo la ventana de oportunidad para lograr el cambio. Leith Anderson
¿ Porque se enfrian los matrimonios?
El enfriamiento en la relación matrimonial ocurre fundamentalmente por falta de atención!
Los matrimonios que no alimentan la relación emocional corren el riesgo de enfriarse. Dios nos creó como seres espirituales, pero también emocionales y también físicos.
La relación emocional en un Matrimonio es muy necesaria. Significa darse atención mutua, compartir momentos especiales juntos, salir de vez en cuando como pareja, hacer planes para estar juntos, etc.
Una de las primeras y más importantes recomendaciones , es que dediquen una noche a la semana, preferiblemente los Viernes, para hacer una “cita” con su cónyuge.
En esta cita, deben tratarse como novios. Este hábito hace que la pareja vuelva en alguna medida, a vivir la emoción del noviazgo y eso trae gozo a la relación.
Todos los matrimonios pasan por circunstancias difíciles, unas más que otras; y eso es inevitable. Pero si alimentamos la relación con una cita a la semana y con otras interacciones positivas, los aspectos negativos van a tener menor influencia y vamos a poder superar cualquier conflicto más fácilmente.
Varones, debemos ser más románticos con nuestras esposas. Para ellas, el romance no acaba nunca. Cuando una esposa no percibe de su esposo una actitud romántica con ella, entonces no se siente amada y frecuentemente piensa que su esposo tiene interés en otra persona.
Tenemos que reconocer que por lo general la relación se enfría por causa del hombre, ya que es él el que tiene que ser el pro-activo de la relación, el que marca la iniciativa. Así fuimos diseñados. Una esposa que recibe atención romántica de su esposo, atención y un trato amoroso, va a funcionar muy bien como mujer ayuda idónea, compañera, amante y todas sus funciones de esposa.
Varones, no dejen que se enfrié la relación con su esposa. Mantenga su atención sobre ella, dígale palabras bonitas siempre, manifiéstele un cariño y un cuidado especial. Saque una noche a la semana para hacer una cita romántica con ella, aunque sea a caminar alrededor de su barrio o ciudad y comer un helado. Al menos una vez al año saquen un fin de semana para compartir juntos como pareja. Busquen quien les cuide sus niños de vez en cuando, para que ustedes puedan cuidar su matrimonio.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso .
CUÍDALO!
Los matrimonios que no alimentan la relación emocional corren el riesgo de enfriarse. Dios nos creó como seres espirituales, pero también emocionales y también físicos.
La relación emocional en un Matrimonio es muy necesaria. Significa darse atención mutua, compartir momentos especiales juntos, salir de vez en cuando como pareja, hacer planes para estar juntos, etc.
Una de las primeras y más importantes recomendaciones , es que dediquen una noche a la semana, preferiblemente los Viernes, para hacer una “cita” con su cónyuge.
En esta cita, deben tratarse como novios. Este hábito hace que la pareja vuelva en alguna medida, a vivir la emoción del noviazgo y eso trae gozo a la relación.
Todos los matrimonios pasan por circunstancias difíciles, unas más que otras; y eso es inevitable. Pero si alimentamos la relación con una cita a la semana y con otras interacciones positivas, los aspectos negativos van a tener menor influencia y vamos a poder superar cualquier conflicto más fácilmente.
Varones, debemos ser más románticos con nuestras esposas. Para ellas, el romance no acaba nunca. Cuando una esposa no percibe de su esposo una actitud romántica con ella, entonces no se siente amada y frecuentemente piensa que su esposo tiene interés en otra persona.
Tenemos que reconocer que por lo general la relación se enfría por causa del hombre, ya que es él el que tiene que ser el pro-activo de la relación, el que marca la iniciativa. Así fuimos diseñados. Una esposa que recibe atención romántica de su esposo, atención y un trato amoroso, va a funcionar muy bien como mujer ayuda idónea, compañera, amante y todas sus funciones de esposa.
Varones, no dejen que se enfrié la relación con su esposa. Mantenga su atención sobre ella, dígale palabras bonitas siempre, manifiéstele un cariño y un cuidado especial. Saque una noche a la semana para hacer una cita romántica con ella, aunque sea a caminar alrededor de su barrio o ciudad y comer un helado. Al menos una vez al año saquen un fin de semana para compartir juntos como pareja. Busquen quien les cuide sus niños de vez en cuando, para que ustedes puedan cuidar su matrimonio.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso .
CUÍDALO!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)