Lo más importante en esta vida es darnos una pausa ante los problemas, no para que crezcan, sino para resolverlos con mayor tranquilidad.
El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se daño, y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar.
Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencia. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo un momento frente a un pequeño árbol. Tocando las puntas de sus ramas con ambas manos.
Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada casa estaba plena de sonrisas. Abrazo a sus 2 pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.
Posteriormente me acompaño hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había visto hacer un rato antes.
“oh, ese es mi árbol de problemas” contesto.
“Se que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez”.
“Lo divertido es.” Dijo sonriendo, “que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como, los que recuerdo haber colgado la noche anterior”.
jueves, 24 de junio de 2010
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